Hay gente que deja todo al aire en sus perfiles, desconocen lo que es la privacidad. Salen a cenar: fotos del plato de comida que el mozo acaba de apoyar en la mesa. Se van de vacaciones: hacen la cuenta regresiva en sus muros, al mejor estilo crónica: "Solo faltan 52 días y 2 horas para Brasil!" Sienten que tienen mucho para compartir. No filtran, y te hacen pensar: "¿Era necesario publicar eso?".
En el otro extremo se ubican quienes, de tan reservados, nos hacen dudar que sean cuentas verdaderas. Dos fotos de perfil a la vista. Y listo. No pidamos fecha de nacimiento, ni ver cuántos amigos tiene. Vamos a clickear la opción de responder solicitud mas tarde, hasta que resolvamos el misterio.
Estos son los opuestos, siempre hay equilibrio entre el uso y el abuso. Lo que ya no se admite es no tener cuenta. Podes decir: "Tengo twitter, pero no lo uso mucho" y que no sea (aun) grave. Facebook tiene más de 1.110 millones de usuarios. Llegas a decir "Te paso mi número porque no estoy en facebook" y game over. Está checkeado, te abduce un marciano y te deposita en 1998 para que vuelvas a ICQ.

Se puede hablar de niveles de stalkers. En el nivel 1, se encuentra el stalkers por casualidad: "Me apareció una foto en el inicio y quise ver un poco más de sus vacaciones". Nivel 2, el stalker por contagio: "!Hey! No sabía que podía ver la amistad entre mis contactos". Luego pasamos al nivel 80 (porque 3 le queda chico), encontramos el stalker TOC: claramente tiene un trastorno obsesivo compulsivo por la vida ajena. Los podemos detectar al vuelo, con frases del estilo: "Me gustó su look, pasa que en el 2007 se cortó el pelo, se casó la hermana y viajó al sur, ...bueno, a lo que iba es: ese corte de pelo le quedaba genial".
Todos, en mayor o menor medida lo hacemos. Lo importante es que no le pongan la cola al chancho. El horizonte es no ganar la etiqueta de stalker entre nuestros amigos de facebook. Y es fácil de evitar. Sólo se necesita no comentar todos los post de una persona y no dar like a cinco fotos del año 2009 en menos de un minuto. Para esto nos enseñaban matemáticas en el colegio. Si alguna vez te dijeron: "Aprendé las tablas, te van a servir en el futuro", acá está la respuesta. En un mundo de relaciones mediadas, nos tenemos que encargar que las sumas no nos den 10 puntos.
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